viernes, 24 de enero de 2014

LUNAR TAKE



EDITOR: EDICIONES MANALI, S.A.
DESARROLLADOR: EDICIONES MANALI, S.A.
AÑO: 1989
GÉNERO: ARCADE
SUBGÉNERO: HABILIDAD
IDIOMA: CASTELLANO
GRÁFICOS: CGA



Alunizaje conseguido.

   Salta a la vista que Lunar Take es una variante más de Lunar Lander, una clásica maquina arcade creada por Atari en el año 1979.

   Aquí, como en el título de Atari, nos ponemos al mando de un módulo de aterrizaje lunar, al que hemos de guiar hasta la plataforma de alunizaje, nivel tras nivel.

   Conforme vayamos superando niveles el número de obstáculos será mayor, con lo que meteoritos o peligrosas nubes de ácido irán ganando protagonismo en el área de juego, poniendo a prueba nuestra habilidad como pilotos.


La cosa se complica.

 VALORACIÓN

   Hay ocasiones, no muchas, en las que basta un rápido vistazo para formarnos un idea de la calidad de aquello que tenemos entre manos. Lunar Take es uno de esos casos, y no precisamente para bien.

   Nada más cargar el juego nos topamos con una melodía totalmente desafinada que nos da la "bienvenida" desde el menú principal, cosa que ya nos pone en guardia ante lo que va a venir.

   A la hora de jugar hay varios aspectos que llaman nuestra atención.

   En primer lugar la pobreza gráfica de la que hace gala el programa. La superficie lunar se va generando cual gráfico de aventura conversacional programada en G.A.C. para Amstrad o Spectrum (al menos, la generación es aleatoria, con lo lo que nunca tendremos dos partidas iguales en el hipotético caso de que queramos jugar más de una vez....). 

   Los sprites que representan a los meteoritos y a las nubes de ácido dan, simplemente, pena. El único gráfico salvable es el diseñado para el módulo de alunizaje.

   Además, por si fuera poco, cuando las nubes de ácido (o lo que sean) pasan por encima de los supuestos meteoritos, en pantalla veremos ambos sprites superpuestos (esto también sucede cuando pasan por las montañas de fondo).


Sprites y decorados superpuestos.

   En segundo lugar, el complicado control del módulo (y eso que solo consta de tres teclas (izquierda, derecha y propulsión)), debido en gran parte a la extrema sensibilidad de la tecla de propulsión, y a la proximidad a la plataforma de alunizaje a la que hay que pulsarla para evitar que el módulo acabe destrozado.

   Por último, el pobre apartado sonoro, que vuelve a regalar a nuestros oídos otra pequeña melodía desafinada cada vez que logremos alunizar.

Primeros minutos de juego.

   Todo esto en conjunto consigue formar una propuesta lúdica muy pobre, que queda a años luz del título en el que se inspira.... ¡¡¡Incluso a nivel gráfico!!!

   En fin, para olvidar.

VALORACIÓN PERSONAL: 20/100

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